EUROPA
PRESS
23 febrero
2017
Aproximadamente, un 11 por ciento de las chicas y los chicos
adolescentes están en alto riesgo de acabar sufriendo trastornos de la conducta
alimentaria, entre los que se encuentra la anorexia, la bulimia nerviosa y el
trastorno por atracón.
Este
dato podría ser mayor si se tiene en cuenta que más del 65 por ciento de los
adolescentes presentan insatisfecha hacia el propio cuerpo, un sentimiento que
predispone claramente a padecer uno de estos trastornos.
Estos
son algunos de los datos con los que trabaja la presidenta de la Fundación ABB,
la psicología Raquel Linares, quien explica, en una entrevista a Europa Press, que estos trastornos siguen aumentando, "sobre
todo cada vez aparecen más en chicos", además "se está viendo que
aparecen antes y en un perfil de edad más joven (12 a 13 años)".
Este
tipo de trastornos se ha convertido en la tercera enfermedad crónica entre los
jóvenes y adolescentes, lo que la convierte en un problema de salud pública.
Los últimos estudios epidemiológicos concluyen que el 6% de la población
femenina entre 12 y 24 años estaría afectada por la anorexia, la bulimia o el
trastorno por atracón.
La
experta recuerda que se tratan de trastornos mentales graves donde el miedo a
engordar y ser rechazados, la alteración de peso y la silueta y la dependencia
de la valoración de los demás desencadenan alteraciones graves de conducta
alimentaria y vida afectiva.
Con el
objetivo de cambiar esta situación y reducir el estigma que rodea a estos
trastornos se acaba de publicar 'Qué sientes cuando no sientes nada', una
novela que ayuda a la detección y comprensión de los trastornos alimentarios,
iniciativa de la Fundación ABB, y que cuenta con el apoyo de la Fundación Cofares.
En
estos trastornos la relación con el cuerpo y la comida se convierten en una
forma de controlar y aliviar las propias emociones o de expresas sentimiento
que no saben gestionar; después vienen las consecuencias para la salud, así
como a nivel personal familiar y social.
"En
la anorexia nos encontramos normalmente que son personas han sido responsables,
lo que podría ser la hija perfecta; cuando llega la adolescencia se encuentra
en el mundo en el que vivimos, donde el tema de la imagen y la presión por el
cuerpo esta a la orden del día, se encuentra que no tiene recursos para
adaptarse en un grupo de ideales. No saben manejar las emociones
negativas", explica.
Estas
enfermedades "tienen una parte emocional y mental", recuerda y, en
este caso, "los pacientes no muestran nunca la vulnerabilidad" y
"la única forma de controlar la angustia" mediante el control de la
alimentación. "Entran en un circulo vicioso que cuesta mucho trabajo
romper", se lamenta Linares.
La
detección precoz y, en consecuencia, el seguimiento de una
tratamiento especializado mejoran la evolución del trastorno y las consecuencia
que éste puede comportar; de hecho hasta un 70 por ciento de las personas que
las padecen se curan.
Para
solucionar esta situación, la experta recuerda que es fundamental enseñarles a
gestionar las emociones, que se den cuenta de que el camino es "mostrarse
como son".
Beneficios de la novela
El
escritor de literatura juvenil Víctor Panicello, con
su trabajo constante ha sabido construir una historia "emotiva, real y
valiente", al narrar lo que hay detrás de un trastorno de la conducta
alimentaria más allá de la negación a comer o la obsesión con el peso.
Para su
elaboración el autor ha contado con la colaboración de 13 chicas y un chico,
quienes son coautores de esta historia que pretende trasmitir un mensaje
positivo sobre la recuperación de estas enfermedades. Concretamente, que es
posible cuando uno toma conciencia de lo que le pasa y pide ayuda profesional
para poder entenderlo y afrontarlo.
'Qué
sientes cuando no sientes nada' es una historia construida a partir de las
vivencias de este grupo de pacientes que han querido compartirlas como parte de
su proceso de recuperación y como contribución personal en la prevención de estas
enfermedades entre los jóvenes, la población más vulnerable a padecerlas.
"El
libro es la trayectoria de cuando uno está enfermo hasta que va descubriéndose
y recuperándose", explica, señalando que es la novela que a los pacientes
les hubiera venido bien, "cuando estaban perdidos", cuando empezaban
a entrar en esta enfermedad para reconocerla y saber cómo actuar y enfrentarse
a ella. "Lo bonito de la novela es que se pone en la piel de cualquier
adolescente que está en el filo de la cornisa y que se de cuenta de que por ese
camino no llegará a ningún lugar, y que el camino es ser uno mismo",
concluye.
Por su
forma narrativa la novela contribuye a una mejor comprensión de estos
trastornos más allá de la alteración alimentaria y el cambio de peso. De este
modo pretende dar visibilidad a lo que es más que un trastorno, es una
enfermedad psiquiátrica en la que el sufrimiento emociona y pe5rsonal de los
que la padecen este trastorno son altas y acaba impactando, más allá de su
salud, en sus relaciones laborales, personales y familiares.
Por
otro lado, el libro pretende acabar con los estigmas de la enfermedad y
sensibilizar a los más jóvenes, sobre todo desde la prevención de conductas de
riesgo; y, además, recuerda que estos trastornos se pueden superar si se sigue
un tratamiento especializado.